lunes, 28 de marzo de 2011

Empresarios alemanes invertirán 30 millones dólares para construir una planta de generación de biodiesel

TELAM, 28-MAR-2011
La presidenta, Cristina Fernández de Kirchner, junto a la ministra de Industria, Débora Giorgi, recibió en Olivos a directivos de la filial argentina de la firma alemana Evonik Degussa, quienes anunciaron una inversión de 30 millones de dólares para construir en la provincia de Santa Fe una planta de metilato de sodio. El metilato de sodio es un catalizador utilizado para la fabricación nacional de biodiesel.
La inversión le permitirá a la empresa la incorporación de 30 empleados y, sólo en el primer año, sustituirá importaciones por 40 millones de dólares.
"Esta será la única planta en el Mercosur y la tercera en el mundo que produzca metilato de sodio, un catalizador necesario para la para la producción de biodiesel que logrará abastecer toda la demanda local y exportará entre 30 y 40 por ciento de su producción a Brasil", aseguró Giorgi.
La funcionaria destacó además que "esta inversión permite no solo diversificar el uso de la materia prima y agregarle valor, sino además aumentar la matriz energética con la generación de mayor cantidad de biocombustibles”.
La nueva planta, que estará ubicada en la ciudad de Puerto General San Martín, en el departamento santafesino de San Lorenzo sobre el río Paraná, comenzará a construirse en julio venidero y estará en marcha durante el tercer trimestre del próximo año.
Luego de las plantas de Alemania y los Estados Unidos, esta será la tercera que produzca este químico alcanzando las 60 mil toneladas anuales.
La empresa alemana definió la inversión por la competitividad que le da la cercanía a las principales plantas de biodiesel en la Argentina, dado que el puerto de San Martín es el máximo exportador del país.
Sus directivos resaltaron la decisión del gobierno nacional de la ampliación del 5 al 7 por ciento del corte obligatorio del gasoil con biodiesel, efectivizada en junio del año pasado.
Giorgi señaló que “Argentina es uno de los países líderes en el mercado mundial de biodiesel, ubicado entre los 5 mayores productores mundiales y dentro del llamado ‘club de los millonarios’, integrado por los países que producen más de un millón de toneladas por año”.
En los últimos años, el sector concentró gran parte de inversiones que fueron ampliando la capacidad productiva y pasó de 130.000 tn/año en el 2006 a las 2.500.000 tn/año en el 2010 (aumento del 1.800 por ciento) y estima llegar a una capacidad productiva de 3 millones de tn/año para el 2011.
Las exportaciones, que representan 75 por ciento de la producción nacional, crecieron 18 por ciento respecto del 2009, para duplicar los valores del 2008. En tanto, el mercado interno también mostró un crecimiento con relación al 2008 del 85 por ciento.
En Argentina existen más de 20 plantas productoras de biodiesel, localizadas principalmente en el sur de Santa Fe, próximos a la zona productora de aceite de soja.
Evonik Degussa Argentina es parte de la empresa alemana Evonik Industries, que tiene operaciones en más de 100 países en el mundo, está dentro del top ten de las industrias químicas globales, con una facturación global de más de 13.000 millones de euros y más de 38.700 empleados en todo el mundo.
Evonik Argentina, que funciona en Argentina desde 1969, tendrá por primera vez una planta productiva en el país.
La empresa tiene actualmente 33 empleados y ventas anuales por 100 millones de dólares.

Link al sitio de la compañía: http://corporate.evonik.com/

Muy buena noticia pero ¿recién en 2050?

La CE propone acabar con los coches de gasolina y diesel en la ciudad en 2050

Por Agencia EFE
Bruselas, 28 mar (EFE).- La Comisión Europea propuso hoy acabar con los vehículos convencionales de gasolina y diesel en las ciudades en 2050, como parte de un plan más amplio para hacer más competitivo y menos contaminante el sector de los transportes.
"Podemos acabar con la dependencia del petróleo que tiene el transporte sin sacrificar su eficiencia y sin comprometer la movilidad", señaló el comisario europeo de Transporte, Siim Kallas, al presentar la nueva estrategia de la CE para 2050.
Bruselas se marca también como objetivos para las próximas cuatro décadas reducir un 40 % las emisiones del transporte marítimo, lograr que un 40 % del combustible que se utilice en aviación sea bajo en de dióxido de carbono (CO2) y que la mitad de los desplazamientos de media distancia pasen de la carretera al tren y otros medios de transporte.
Todo ello permitirá una rebaja total del 60 % de las emisiones contaminantes respecto a los niveles de 1990, asegura la CE, que aboga además por lograr un área única de transporte europea para 2050.
La organización ecologista Greenpeace consideró como respuesta que, pese a esta mención al recorte de emisiones, la Comisión no propone ninguna estrategia coherente para alcanzar este objetivo y pospone las actuaciones necesarias en décadas.
La Asociación Europea de Fabricantes de Automóviles (ACEA) comentó la propuesta de la CE y dijo que, en su opinión, envía la "señal equivocada".
Para ACEA, no soluciona nada pedir una reducción en el uso de vehículos de motor sin ofrecer soluciones flexibles como ofrece el transporte por carretera, cuyo papel considera "capital".
Kallas comentó que, en su opinión, se trata de "objetivos realistas y muy ambiciosos" si se tiene en cuenta que está previsto que el transporte siga creciendo, y aseguró que se desarrollarán medidas más concretas en los próximos años.
Otra de las ideas de la CE es triplicar el volumen de la red europea de ferrocarril de alta velocidad para 2030.
La Comisión Europea calcula que hará falta una inversión de unos 1,5 billones de euros en los próximos cuarenta años para llevar a cabo todos estos cambios.
Respecto a la sustitución de los combustibles tradicionales en el transporte por otros alternativos -una reducción del 50 % en 2030 y total en 2050- y al fomento del uso del coche eléctrico, el comisario explicó que se apoyará en facilidades fiscales, aunque no concretó detalles.
La Comisión quiere luchar, por otro lado, contra la congestión y fomentar el desarrollo de corredores eficientes de transporte, así como mejorar la conexión entre aeropuertos y estaciones de tren.
Propone asimismo la separación entre propietarios de las redes de ferrocarril y las empresas que prestan sus servicios para hacer este sector más atractivo para la inversión privada.
© EFE 2011

sábado, 26 de marzo de 2011

Actualidad en Biocombustibles

Fuente: Exporosario.com / 25-03-2011 / Edición: César Escalada


El congelamiento de precios perjudica la industria de los biocombustibles
Hay gran preocupación por el futuro del sector. Anclar los precios podría afectar los programas de crecimiento que el Ministerio de Planificación venía implementando para fomentar y desarrollar la actividad. De todas formas, las expectativas para este año no son malas y esperan que en el corto plazo se liberen nuevamente los precios.
La política de Moreno frena el Plan Biocombustibles impulsado por De Vido. La Resolución 13/2011 que congeló el precio de las naftas, trajo consecuencias negativas para el sector de los biocombustibles. Después de un tiempo de análisis, los referentes del sector expresan como interpretan el panorama energético de cara al futuro.
El director ejecutivo de la Asociación Argentina de Biocombustibles, Claudio Molina espera que se liberen los precios de los combustibles nuevamente para volver a reactivar la actividad. Además, lamentó que el congelamiento tire por la borda los esfuerzos de algunos funcionarios del gobierno nacional que apoyaron el uso del biocombustible como fuente de energía y trabajaron para diversificar la matriz energética. Molina confía en que la cartera a cargo de Julio De Vido ponga a la brevedad las cosas en su lugar como en situaciones anteriores. De esta manera, se podría retomar la senda del crecimiento y el estímulo productivo de un sector que viene en alza todos los años y promete ser una buena herramienta para reducir el agotamiento de reservas de hidrocarburos.
Molina asegura que el biodiesel ayuda a descomprimir el déficit estructural en el aprovisionamiento de gasoil. Por esta razón, cree que el desarrollo de la actividad es central pensando en un futuro marcado por alto consumo y escasa producción de naftas. La exportación de los biocombustibles es una gran oportunidad para las grandes empresas que pueden competir en el mercado internacional, sin embargo las Pymes quedan relegadas de esta posibilidad y son las más perjudicadas por el congelamiento de precios.

Crisis nuclear potencia al biocombustible y a la Argentina como mayor exportador mundial
El previsible aplazamiento en la construcción de nuevas centrales nucleares en distintos países por la crisis atómica en Japón podría potenciar el mercados de los biocombustibles como energía renovable y no contaminante y eso eleva las expectativas de la Argentina, uno de los líderes en el mercado mundial de ese productos. Así lo indicó el IERAl, instituto de la Fundación Mediterránea, en un estudio sobre la catástrofe humanitaria y nuclear en Japón como consecuencia del tsunami y sus efectos sobre la matriz energética mundial.
Antes de la tragedia de Japón, el Departamento de Energía de Estados Unidos proyectaba un aumento acumulativo anual de 4,6 por ciento de la producción mundial de biocombustibles en un análisis prospectivo que llega hasta el 2035. En distintos escenarios que pueden delinearse, en el que la energía nuclear pasa a ser menos dinámica, esas proyecciones representan hoy un piso, indicó el estudio realizado por Jorge Vasconcelos y Juan Manuel Garzón.
Al suponer que los biocombustibles sustituyen parcialmente a la fuente energética nuclear, en un ejercicio simple donde se definen escenarios posibles, se encuentra que las nuevas condiciones de la economía mundial abren espacio para aumentos de la producción. Esa producción ya va desde el 5,6 por ciento al 7 por ciento promedio anual, es decir entre 1 punto y 2,4 puntos porcentuales de crecimiento adicional al que se proyectaba antes de la catástrofe.
El riesgo de un temporal enfriamiento de la economía global como producto de la tragedia nipona, junto con el fortalecimiento del dólar, han provocado una importante caída de los precios de las materias primas que exporta la Argentina en los últimos días. Sin embargo, hay también efectos de mediano y largo plazos que van en la dirección contraria como que se abre un escenario muy positivo para los biocombustibles, ante el previsible aplazamiento de distintos proyectos nucleares y esto no es indiferente para la Argentina.
El petróleo, el gas natural y el carbón son las tres fuentes principales de energía que usa el mundo y producen 84 por ciento de lo que consume el planeta, mientras que la actividad nuclear participa con el 5,5 y los biocombustibles (biodiesel y etanol) con el 0,5 por ciento. La lista se completa con una fuente usualmente denominada como "energía renovable", que hace referencia, básicamente, a energías generadas a través de agua (empresas hidroeléctricas), viento (energía eólica), luz solar (energía solar) y calor (energía geotérmica).
De acuerdo con proyecciones que realiza y actualiza todos los años el Departamento de Energía de Estados Unidos, el consumo mundial de energía crecería al 1,4 por ciento promedio anual entre el 2007 y el 2035. Tres fuentes energéticas estarán liderando ese proceso: los biocombustibles (creciendo al 4,6 por ciento promedio anual); la electricidad generada por fuentes renovables como agua, viento, sol, calor (2,6); y Energía Nuclear (2 por ciento).
Fuente: Petroenergía

Los brasileños siguen fieles al etanol pese al aumento en el precio del biocombustible
A pesar del precio más alto del etanol hidratado, el consumidor brasileño no está migrando hacia la nafta con la intensidad que el sector de biocombustibles imaginaba. Las ventas cayeron 26% en febrero en relación a diciembre, mes de referencia (el de mayor consumo). Pero Sindicom, que representa a las distribuidoras de combustibles de Brasil, informó que esperaba que esa caída fuera más acentuada, entre 40% y 50%.
Con ese escenario, la preocupación del mercado es que los stocks de etanol -no divulgados- sean insuficientes para atender el consumo hasta el inicio de la próxima cosecha de caña, a partir de abril. Estaciones de servicio de San Pablo, el estado productor de biocombustibles más grande de Brasil, afirman que las distribuidoras están racionando la entrega del producto.
El consumidor y su vehículo flex (que funciona con biocombustibles y nafta) no están regulando el mercado. Se esperaba que cuando los precios de etanol alcanzasen más de 70% del valor de la nafta, el propietario del auto migrase hacia la nafta, lo que no está ocurriendo en la intensidad imaginada.
Desde enero, el consumo de etanol viene cayendo menos de lo esperado y en febrero ese comportamiento se repitió. ?En marzo, los relatos indican que el consumo no está retrocediendo como se esperaba?, dijo Alisio Mendes Vaz, director de Sindicom, cuyas asociadas representan 60% del mercado de etanol hidratado en Brasil.
El informe de la entidad mostró que en febrero de este año la venta de etanol fue de 650 millones de litros, 26% más bajo que en diciembre de 2010. En el mismo intervalo de un año atrás, la demanda había caído 55%. El comportamiento del consumidor este año es un misterio, porque sólo se compensa el uso del etanol en el estado de Mato Grosso. Además, en febrero pasado, los precios en la usina fueron 7,3% más altos que en febrero de 2010.
Fuente: Petroenergía

jueves, 24 de marzo de 2011

¿Biocombustibles vs. alimentos?

Clarín.com; Jueves 24 de marzo de 2011
Por Daniel Montamat, ex Presidente de YPF, ex Secretario de Energía 

Estos nuevos productos están lejos de la pretensión de sustituir al petróleo, pero cerca de contribuir a diversificar la matriz de combustibles. Hoy se los critica, pero no son ángeles de la seguridad energética, ni demonios de la seguridad alimentaria.

Los biocombustibles fueron promocionados como baluartes de “seguridad energética”. Ahora enfrentan una crítica impiadosa fundada en razones de “seguridad alimentaria” . Era una exageración plantear su desarrollo como medio de sustituir los combustibles fósiles y es erróneo responsabilizarlos ahora por la crisis de alimentos que padece el mundo.
Durante la era Bush, y sobretodo tras el trágico atentado a las Torres Gemelas, Estados Unidos decidió dar un fuerte impulso a los biocombustibles basado en razones de “seguridad energética”. El ex presidente planteó la “adicción” al petróleo de la economía de Estados Unidos y la urgencia de romper la dependencia con el suministro de Oriente Medio. La respuesta política estaba en casa: producir bioetanol a partir de maíz . El bioetanol iba a sustituir el consumo de gasolina con ventajas ambientales que al principio nadie puso en tela de juicio.
Subsidio mediante, el bioetanol empezó a ganar mercado y a comprometer volúmenes crecientes de la producción de maíz. Viento en popa para los productores agrícolas americanos, pero casi nada de “seguridad energética” adicional en los surtidores, donde los consumidores de nafta siguen expuestos a los vaivenes de la cotización del crudo .
En realidad, el bioetanol, y los biocombustibles en general, pueden ayudar a diversificar la matriz de combustibles , muy dependiente de las fuentes fósiles, pero es imposible reemplazar los volúmenes de nafta y gasoil derivados del petróleo que consume el mundo . Si toda la producción mundial de aceites y grasas se destinara a la producción de biodiesel para sustituir gasoil, sólo lograríamos satisfacer el 12% de la demanda mundial de gasoil. Si toda la producción mundial de caña de azúcar y de maíz se vuelca a la producción de etanol, sólo podemos reemplazar poco más del 20% de la demanda total de nafta. Como se sobreactuó el objetivo de seguridad energética y se fijaron metas ambiciosas de sustitución (Estados Unidos aspira a suplir el 30% de su demanda con biocombustibles en el 2030, Japón y la Unión Europea fijaron la meta del 10% para el 2020), vino la réplica planteada como disyuntiva “alimentos o energía” , y empezaron a arreciar las críticas.
Sin diferenciar unos de otros, se responsabilizó a los biocombustibles de comprometer la “seguridad alimentaria” del mundo y de tener balances energéticos y ambientales negativos (consumen más energía de la que producen y aumentan la emisión de gases contaminantes). Las mayores críticas se focalizan en la producción de bioetanol de Estados Unidos, que abastece sólo el 8% de la demanda de combustibles vehicular del país del Norte, pero que consume el 40% de la cosecha de maíz.
Pero estas críticas no se pueden extender ni al etanol de caña que produce Brasil, ni al biodiesel de soja que produce la Argentina.
Tampoco a muchos biocombustibles cuya materia prima no compite con los alimentos. Es cierto, hay una transición tecnológica donde algunos biocombustibles generan demanda adicional a ciertos cultivos con destino alimentario; pero abortar su desarrollo en aras de la seguridad alimentaria es miope y puede ser contraproducente.
La crisis alimentaria provocada por el alza de los precios de los principales granos es una combinación de factores temporales (sequías, restricciones a las exportaciones, aumentos repentinos de stock por temor a la escasez, debilidad del dólar, encarecimiento de insumos químicos) y otro estructural (rendimientos decrecientes).
Los sospechosos de siempre: la especulación de los mercados de futuro y derivados, la demanda de China e India, y la demanda para biocombustibles, tienen mucho menos responsabilidad de la que se les asigna . Por primera vez desde 1960, los cultivos de granos más importantes para la alimentación (trigo, arroz) crecen más lentamente que la población mundial . Si el mundo no puede alimentar adecuadamente a 7 mil millones de seres humanos hoy, ¿cómo alimentará 9 mil millones en el 2050? Maximizando y distribuyendo mejor lo que produce hoy , y con nuevas respuestas tecnológicas para mejorar los rendimientos de lo que producirá mañana.
En esa respuesta tecnológica, los biocombustibles -que no pueden competir a cualquier precio con los derivados petroleros- tienen desafíos sinérgicos a los de la producción alimentaria. Lejos de la pretensión de sustituir al petróleo y más cerca de la posibilidad de contribuir a diversificar la matriz de combustibles. Ni ángeles de la “seguridad energética”, ni demonios de la “seguridad alimentaria”.