domingo, 30 de enero de 2011

Un ejemplo sobre energías renovables, pobreza y desarrollo

The New York Times, en Clarín – Sábado 29 de Enero de 2011

Generar energía básica a pequeña escala
Por Elizabeth ROSENTHAL - Fotos: Ed OU , The New York Times.

Kiptusuri, Kenia – Para Sara Ruto, el anhelo desesperado de tener electricidad comenzó el año pasado con la compra de su primer teléfono celular, un salvavidas para recibir pequeñas transferencias de dinero, contactar a sus familiares o chequear los precios del pollo en el mercado más cercano.
 
Cargar la batería del teléfono no era cosa sencilla. Todas las semanas, Ruto caminaba 3 kilómetros para tomar un taxi-motocicleta en el que realizaba el trayecto de tres horas hasta Mogotio, la ciudad más cercana. Ahí, dejaba su teléfono celular en una tienda de recarga de teléfonos por 30 centavos de dólar. Había tanta demanda para el servicio, que Ruto tenía que dejar el aparato en la tienda durante tres días enteros.
 
Esa agotadora rutina terminó en febrero, cuando la familia vendió algunos animales para comprar in pequeño sistema de energía solar, fabricado en China, a un precio aproximado de 80 dólares. Hoy, equilibrado sobre el techo de lámina de su choza con paredes de barro, un solo panel solar brinda suficiente electricidad para cargar el teléfono y encender cuatro brillantes focos en el techo.
 
“Mi motivación principal era el teléfono, pero esto ha cambiado tantas cosas más”, afirmó Ruto.
 
Desde que instaló el sistema, las calificaciones de sus hijos adolescentes han mejorado gracias a que tienen luz para estudiar. Sus hijos pequeños ya no corren el riesgo de quemarse con la humeante lámpara de querosén. Y cada mes, se ahorra 15 dólares en costos de querosén y pulas, además de los 20 dólares que solía gastar en el viaje.
 
Al tiempo que la energía renovable a pequeña escala se vuelve más barata, confiable y eficiente, le brinda las primeras gotas de energía moderna a quienes viven lejos de las redes de suministro de electricidad de lento crecimiento en países en desarrollo.
 
“Es un fenómeno que tiene gran éxito en todo el mundo”, aseguró Dana Younger, asesora de energía renovable en al Corporación de Finanzas Internacionales del Grupo del Banco Mundial.
 
Con la llegada de paneles solares baratos y luces LED de alta eficiencia, que pueden iluminar una habitación con sólo 4 watts de energía, estos pequeños sistemas solares brinda electricidad útil a un precio que incluso los pobres pueden pagar.
 
Las tecnologías de energía renovable diseñadas para los pobres incluyen sencillas cámaras subterráneas de biogás que generan combustible con el estiércol de unas cuantas vacas, así como “mini” presas hidroeléctricas que pueden aprovechar la energía de un río local para toda una aldea.
 
“El gran problema que tenemos ahora es que aún no hay un modelo financiero”, señaló John Maina, coordinador ejecutivo de Sustainable Community Development Services, organización no gubernamental, en Kenia, que se dedica a llevar energía a zonas rurales.
 
Los inversionistas son reacios a inyectar recursos en productos orientados a un mercado disperso de consumidores rurales pobres, porque el riesgo les parece demasiado alto.
 
Aún así, surgen algunos modelos nuevos. Husk Power Systems una compañía respaldada por una combinación de inversión privada y fondos sin fines de lucro, ha construido 60 plantas de energía para poblaciones en zonas rurales de la India, que generan electricidad a partir de cáscaras de arroz para 250 aldeas desde 2007.
 
En Nepal e Indonesia, el Programa de la ONU para el Desarrollo ha ayudado a financiar la construcción de plantas hidroeléctricas muy pequeñas en comunidades montañosas remotas. Marruecos ofrece sistemas solares subsidiados para los hogares, cada uno a un costo de 100 dólares, en zonas rurales remotas.
 
Lo que más ha sorprendido a algunos expertos en el campo es el reciente surgimiento de un verdadero mercado en África para energía renovable a escala doméstica. Al tiempo que cae el costo de los equipos confiables, las familias han demostrado estar cada vez más dispuestas a comprarlos, al vender una cabra o pedirles dinero prestado a un pariente en el extranjero, por ejemplo.
 
La explosión en el uso de teléfonos celulares en las zonas rurales de África ha sido un motivador enorme. Debido a que las regiones Ruales de muchos países africanos carecen de bancos, el teléfono celular ha sido adoptado como herramienta para transacciones personales, así como para comunicación personal.
 
Los sistemas baratos de energía renovable también permiten que los pobres de las zonas rurales ahorren dinero en velas, carbón, pilas, madera y querosén.
 
En Kiptusuro, el sistema Firefly LED comprado por Ruto es el artículo obligado este año. El más pequeño, que cuesta 12 dólares, consiste en un panel solar que puede ser colocado en una venta o un techo y se conecta a una lámpara de escritorio y un cargador para teléfono. Las unidades ligeramente más grandes pueden operar radios y televisores a blanco y negro.
 
“Con este sistema, se obtiene luz real al precio de lo que se gasta en querosén en unos meses”, dijo Maina. “Cuando puedes alumbrar tu casa y cargar tu teléfono, eso es algo muy valioso”.

 
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